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La arquitectura a través de los años ha crecido en estilos, formas, interpretaciones y diseñadores que han atendido los retos de la sociedad, su crecimiento y crear algo que caracterice donde se encuentren. En ocasiones, la arquitectura a la cual nos encontramos esta desarrollada con distintas intenciones, conceptos, proporciones y tecnologías, pero es carente de un sentido personal, comunitario, familiar y profundo. Muchos arquitectos, diseñadores e ingenieros buscan provocar un cambio social dentro de las encomiendas constructivas que les son confiadas, pero no siempre se ha logrado el deseo de generar estructuras que van más allá de una belleza estética y acoplar a las personas en un lugar. A través de los años, una gran diversidad de arquitectos alrededor del mundo ha marcado la historia con ideas nuevas, no convencionales y con proyectos que desafiaron y continúan desafiando cómo pensamos de lo que es la arquitectura.
Antoni Gaudí forma parte de ese grupo de muchos arquitectos que han transformado la percepción de la arquitectura con su intervención geométrica dentro de la ciudad de España. Gaudí se caracterizó por generar geometrías y formas orgánicas con un planteamiento numérico y analítico secreto. Una de las obras más reconocidas de Gaudí es El Templo Expiatorio de la Sagrada Familia. Su propuesta del proyecto se basa en un homenaje y una dedicatoria a la fe cristiana reflejando sus fundamentos bíblicos en la estructura, las alturas interiores, las alturas exteriores, las entradas de luz, las filtraciones de la luz, las columnas, los elementos ornamentales y todo lo que unifica la arquitectura de la Sagrada Familia.
¿Qué caracteriza a Gaudí como arquitecto? ¿Cuál fue el impacto que tuvo en su época y cuál es su relevancia ahora? ¿Qué podemos aprender del estilo de Gaudí en comparación con la arquitectura gótica? A pesar de que Gaudí solo pudo estar presente para la construcción de una parte de la Sagrada Familia, su enfoque arquitectónico era el deseo de destacar los valores cristianos, la congregación de las personas y las familias y cambiar el significado de la arquitectura gótica, aunque no se apartó totalmente del estilo.
La arquitectura gótica se caracteriza por sus masivas construcciones en un solo material, con vitrales coloridos y grandes entradas de luz en un espacio especifico y sus dimensiones ornamentales y constructivas. Sus elementos ornamentales son particulares para cada capilla y tienen sus significados personales para destacar como una pieza individual. La Sagrada Familia forma parte del estilo gótico, pero contiene elementos que no se conforman a las reglas establecidas por el estilo arquitectónico. Algunas de las que podemos encontrar se basan en las distintas zonas de entradas de luz en vez de una en específico, el significado ornamental y la transformación de la forma en altura y geometría. Lo que Gaudí buscaba provocar era tener un espacio que no se limitara a un solo grupo social, sino que pudiese acoplar a todo tipo de personas y que el significado del espacio interior se entendiera claramente. Gaudí tuvo la visión del futuro de pensar en un espacio de reunión social para compartir un mismo pensar en un ambiente que conecta a las personas a los distintos valores de la fe y utiliza diversas entradas de luz y alturas diferentes para intensificar la experiencia fuera de simplemente admirar su estética.
Después de la muerte de Gaudí, un ejército de arquitectos, diseñadores, ingenieros y especialistas continúan con el legado de Gaudí hasta lograr completarlo. Gaudí comenzó este proyecto hace muchos años y hasta el día de hoy En las próximas entradas, se estará siguiendo, analizando y argumentando acerca de los descubrimientos de estas investigaciones y preguntando qué hace que este proyecto arquitectónico de carácter gótico desafíe el concepto de lo que puede ser una estructura o una iglesia gótica.
Aunque lo que Gaudí propuso ocurrió hace muchos años, no deberíamos perder de vista su intención de traer arquitectura no convencional pero pertinente al tiempo actual y que puede tener un impacto para siempre. Una encomienda que no podemos ignorar es que cuando diseñamos para un tiempo y un espacio, de igual manera diseñamos para el futuro, las personas que llegarán y el cambio generacional que surge. Una mentalidad que debemos aprender a tener es que la arquitectura no se limita a un pensamiento conceptual trabajado dentro de unos límites dimensionales y espaciales.
A través de conferencias, publicaciones, estudios e investigaciones, todos los que han trabajado en la construcción de la Sagrada Familia nos comparten el proceso de construcción, la complejidad de la estructura, los retos que han tenido que enfrentar, los análisis de los pensamientos de Gaudí y cómo mantienen la esencia de esta encomienda usando nuevas tecnologías. En las mismas descubrimos que no hay muchos registros de Gaudí acerca de cómo lograr las geometrías pensadas como funcionarían estructural o constructivamente. Este secreto Gaudí lo guardo para sí y lo dejó representado en unas pocas maquetas y unos pocos dibujos personales. Poco a poco, los encargados del proyecto comenzaron a comprender lo que hacia Gaudí y trabajaron arduamente para continuar con el legado de Gaudí. Mientras pasaban los años, se modificaban las tecnologías para agilizar el proceso sin desviarse de lo que se había pensado desde el principio, aunque existieron dudas de como todo sería posible.
Lo que Gaudí aportó a la arquitectura es algo que deberíamos implementar a nuestra práctica. Debemos pensar más allá del tiempo que vivimos actualmente, diseñar buscando traer un nuevo significado a los estilos arquitectónicos actuales y orientar nuestros diseños para las personas. Lo que diferencia a Gaudí de lo que otros han hecho es que Gaudí buscó retar lo que existía para expandir su conocimiento y orientar sus diseños de fachadas, secciones y distintos planteamientos con la intención de tener un lugar común para las personas a pesar de las muchas diferencias que podamos tener. No podemos simplemente diseñar edificios sin un propósito personal o para las personas; diseñamos para los que están en la sociedad y lo que algún día llegaran a ver lo que hemos hecho. Ese es el reto para todos: no olvidar que dejamos un legado para personas y nuestra obra debe hablar por si sola de todas nuestras intenciones al igual que debe incluir a todas las personas que llegarán a nuestra sociedad.
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