A través de la historia encontraremos una gran diversidad de maneras en que la gente percibe, compone y crea el mundo creciente. Podemos ver realismo, abstracción, representación pura, simplicidad, caos, repetición, etc. Unos de los diseñadores más impactantes en el desarrollo de la humanidad han sido los arquitectos. Han logrado crear lo necesario, lo decorativo, lo sencillo, lo imposible, lo extraordinario y lo inesperado. Dos arquitectos reconocidos que han superado las expectativas de los tiempos han sido Ludwig Mies van der Rohe y Antoni Gaudí. Ellos se distinguen por su forma de trabajar y la manera que desean decorar u ornamentar sus obras. Estos arquitectos no son en nada similar pero han logrado dejar su marca en la sociedad.
Mies van der Rohe fue un arquitecto que vivió durante tiempos de cambios intensos que lo llegaron a dejar sin trabajo. Tuvo que soportar las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial mientras buscaba maneras de progresar en el campo de la arquitectura. Mies se caracterizaba por su simpleza y su capacidad de crear sensaciones audibles, visuales y táctiles con una organización de espacios básica. Fue discípulo de los arquitectos Le Corbusier y Frank Lloyd Wright de los cuales aprendió de la simplicidad, la repetición y la capacidad de desarrollar espacios multifuncionales.
Antoni Gaudí fue un arquitecto que desafió todas las normas de la sociedad y se atrevió a crear estructuras complejas que contaban una historia. Comenzó con trabajos pequeños pero siempre le dio una oportunidad a su creatividad de ser libre y lo lograba incorporar en los proyectos. Gaudí aprovechaba diversos espacios dentro de las urbanizaciones para desarrollar historias narrativas en las estructuras. Su forma de pensar en la arquitectura no fue muy bien recibida en su sociedad y sus obras estaban amenazadas con ser demolidas porque no podían comprenderse lógicamente y eran completos opuestos de la norma social.
Sus proyectos son muy diferentes en todos los sentidos. Mies tenía mayor facilidad en replicar figuras y tenía una composición de espacios básica y dependiendo la orientación y el propósito del proyecto, podía usarse de la manera que fuera. Gaudí era muy complejo y extremadamente detallado en sus proyectos. Sus diferencias son muy notables pero son similares. Lucharon por crear algo que sobrepasaría los tiempos, Mies en el uso repetitivo de los espacios en diferentes lugares que podían crear un ambiente distinto dependiendo del diseño interior y Gaudí en un proyecto que ha sobrepasado los 100 años de construcción en honor a la Sagrada Familia. Esto nos muestra que sin importar el tipo de identidad que desees proyectar en lo que te apasiona, todos tenemos la capacidad de formar algo grandioso. Los límites pueden ser retantes pero somos nosotros los que decidimos qué será lo que nos impida crear algo que demuestre nuestra habilidad para hacer un impacto en la vida de otras personas.
Comentarios